Por Eco. José Linares Gallo
Los conceptos de regionalización y descentralización educativa, aunque convergentes, no son exactamente lo mismo. Hay países que , por ejemplo, han descentralizado su educación y que no han tenido previamente un proceso de regionalización. Aún más la descentralización educativa puede ocurrir en países de gobierno único y centralizado como el de Francia o federalizado como el de Estados Unidos.
Pensar en un modelo que descentralice educativamente respecto al nivel central, para recentralizar nuevamente en la región o municipio, puede resultar estrecho y hasta improductivo.
Siendo así, la descentralización educativa es, ante todo, una estrategia para mejorar la calidad de la gestión administrativa y pedagógica de los colegios. Es, en esencia, un liberador de la creatividad local. De allí que pensar en un modelo que descentralice respecto al nivel central, para recentralizarlo nuevamente en la región o municipio, puede resultar estrecho y hasta improductivo.
La descentralización democratiza el Estado al distribuir el poder a los gobiernos locales. También democratiza la sociedad, cuando franquea gestiones autónomas y permite participar a los padres de familia, sino en la gestión, en la conformación de comités a los cuales las autoridades rindan cuenta o mediante los cuales se permita aportes tales como históricamente han venido haciendo los Comités de Mejoramiento Escolar en USA, El Salvador y México.
La descentralización educativa tiene ya un gran cúmulo de experiencias mundiales y no es extraña a ninguna conformación de Estado, como ya lo hemos señalado. El modelo peruano, por lo tanto, podría ser asistido por el enorme cúmulo de experiencias internacionales, de allí que en este blog, insistiré sobre alguna de las más exitosas.
Asimismo difundiré y comentaré, desde aquí, aquellos estudios realizados sobre este tema por instituciones reconocidas como GRADE, la que por ejemplo el año pasado publicó el progreso de la descentralización educativa en la Región de ICA.