Por Eco. José Linares Gallo
Hace muy poco Cecilia Valenzuela, columnista del Diario El Comercio, escribió un singular artículo de portada sobre cómo deberían ser pensadas las políticas de Estado para que ellas tengan continuidad y ayuden al uso eficiente de los recursos.
En artículo titulado “Lección Impostergable”, Valenzuela expresaba que “el matrimonio minería-infraestructura” había fracasado. De hecho la inexistencia de una “luna de miel” en el proceso, anunciaba su incompatibilidad de origen, según la destacada periodista. ¿Qué hacer entonces?
El artículo ilustrado con un ejemplo alusivo a la calidad educativa (alumnos en sesión de robótica educativa) preanunciaba gráficamente su propuesta: hay que “casar la minería (entiéndase los recursos del canon) con la educación”, ha sugerido Valenzuela. Y de esa manera, concluye Cecilia, no solo tendríamos una educación fuerte sino que cerraríamos el paso a la acción pública mediocre expresada en “los monumentos, los mausoleos, las plazas de toros, las piscinas o los edificios municipales construidos con el dinero del canon minero”
Así como los chilenos tienen un canon minero a resultas del cual su Fuerza Armada es suficientemente fuerte para garantizar su PRESENTE, el Perú – a juicio de la columnista, debiera tener un canon minero a resultas del cual tendríamos asegurada la calidad educativa y con ello el FUTURO de nuestro país. Y dado que no es lo mismo oponerse a una minería cuyo canon nadie sabe dónde llega, que un canon que llega directamente a los niños y construye su futuro, infiere Valenzuela, los pobladores tendrían menos razones para sostener posiciones antagónicas a priori.
El título escogido por Valenzuela (Lección impostergable) y la imagen que lo acompaña (alumnos en sesión de robótica) aluden al hecho relevante que una región minera destaca hoy en nuestro país por su nivel de rendimientos escolares gracias al canon minero, al igual como destaca hoy la robótica educativa peruana con sus 20 años ininterrumpidos, incluyendo significativas experiencias en el sector minero (premio EXPOMINA 2007, por ejemplo). Pero ¿Qué es la robótica educativa? ¿Y porque es una lección impostergable?
La robótica educativa es un proceso de aprendizaje multidisciplinar que incluye fases de diseño, construcción, programación y que mediante experiencias tecnológicas concretas integra capacidades de las áreas curriculares de matemática, ciencia, tecnología, comunicación y personal social; actividades que se desarrollan generalmente en una o dos horas de la jornada escolar donde el docente cumple el rol de facilitador y la participación de los alumnos en equipo es protagónica. Para ello cuenta con a) elementos de construcción y máquinas simples que permiten la construcción de estructuras móviles (esqueleto del prototipo); b) elementos electrónicos, en que los que se incluye motores, sensores y dispositivos de control; y c) software de programación iconográfico, acorde al grupo de edad al cual va dirigido.
La robótica educativa es además una “lección impostergable” ya que es la tecnología lo que ahora incide en mejores rendimientos escolares. El Estado de Massachusetts, por ejemplo, se ha reposicionado significativamente en lo que concierne a calidad educativa en USA tras incluir desde Educación Inicial lo que se conoce como ingeniería escolar. Y PISA, da evidencia que se trata de un fenómeno universal.
En efecto, hasta hace muy poco Finlandia era el referente mundial de la calidad educativa. Pero poco a poco ha ido cediendo posiciones frente a países asiáticos cuyo denominador común es el uso intensivo de tecnología y la apertura de su plantel docente a la participación de ingenieros y matemáticos.