Entrevista de la República al economista José Linares Gallo publicada el lunes 26 de septiembre.
Escribe: Jéssica León
El memorismo en el Perú es de vieja raigambre y los intentos de los sucesivos gobiernos han devenido en éxitos muy marginales. La robótica educativa es clave para el cambio pero esto depende en mucho de una adecuada y extendida capacitación docente. Este tema y otros afines son tratados por el entrevistado José Linares Gallo.
¿Cuándo fue la primera vez que jugó con un Lego?
Yo tengo 70 años, el Lego ya existía 80 años atrás. Soy economista de profesión, he sido diputado y senador. Después del 5 abril del 1992, consideré que me tocaba hacer algo que me llenara más que ser diputado: tratar de apoyar a la educación. Lamentablemente, el Perú tiene hoy la peor educación del mundo.
¿Y por qué cree eso?
Porque los niños, los profesores y hasta los reformadores son memoristas. La educación necesita que el niño explore, investigue y construya su propio conocimiento.
Lo que acaba de decir es interesante, la educación es memorística hasta ahora.
Es extremadamente memorística, el niño ve, oye escribe y transcribe todo lo que le dice el profesor. En la universidad es igual. Hay un viejo proverbio chino que dice: «Oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y aprendo».
¿Cómo romper con el memorismo?
Se rompe cuando el alumno dispone de materiales didácticos y comienza a generar aprendizajes construyendo cosas.
Con el Lego, por ejemplo.
No necesariamente con el Lego, puede ser de otras marcas. Lo importante es que se disponga de materiales didácticos como la palanca, engranaje, rueda, polea, engranaje más un software que despierten la investigación y solución de problemas en los niños.
¿Qué importancia tienen estos materiales didácticos?
Fomentan la creatividad al máximo, aprende a resolver problemas, se puede poner en práctica la matemática, la comunicación, la ciencia en la vida real de forma concreta.
Claro, la idea es aplicar la teoría.
Si tú le preguntas a un adulto: «¿Te gustaron las matemáticas en la escuela?», la mayoría te va a decir que no, que tiene fobia a las ciencias. Nos enseñan mal. No se trata de memorizar fórmulas sino de practicar lo que aprendemos.
Usted es ahora un promotor de la robótica educativa, ¿en qué consiste?
La robótica educativa propone mejorar los procesos de aprendizaje pasando de lo memorístico a lo concreto a través de la simulación de una máquina con bloques, sensores, software.
Sin embargo, no está en todos los colegios como curso en todo el Perú.
En teoría, está en 20 mil colegios públicos de educación primaria. Se compra material, pero no se trabaja en la capacitación docente entonces siempre se queda en ese proceso.
Con estos materiales deben trabajarse en todos los niveles de educación.
Hoy en día la tecnología está inmersa en todos los ambientes. En la era digital no solo debe permitirse el consumo tecnológico sino desarrollo tecnológico. En el Perú solo somos consumidores de tecnología.
¿Cómo nace su interés en la robótica educativa?
Fue en el año 93. Cuando viajé con mi esposa a Nueva York estábamos en una feria educativa tecnológica y encontré unos materiales de Lego y los traje para hacer unas vacaciones útiles en el instituto Von Braun, el cual dirijo.
¿Y qué pasó?
En el 94 propuse al colegio bancario Alejandro Deustua para hacer un poco de robótica con sus alumnos de secundaria.
¿Cuál fue el resultado?
Encontramos que los jóvenes construían conocimiento, que los jóvenes llegaban a conclusiones matemáticas y físicas que les eran más difíciles teóricamente. Entonces dije: «Acá se rompe el modelo tradicional de estar leyendo y aprender todo de paporreta». En el año 96 repetimos esa experiencia en 12 colegios a nivel nacional.
¿En qué consiste su representación de Lego Education en el Perú?
A través del Instituto Superior Von Braun capacitamos a todos los profesores que quieran recibir un curso presencial o virtual de Robótica.
¿Siempre le gustó la ciencia?
Desde niño me he sentido atraído por la tecnología.
¿Alguna vez ha armado algún robot con piezas de Lego?
Por supuesto, comencé con cosas pequeñas. Yo no había jugado con Lego en la infancia. Recién a los 50 años comencé mi primer aprendizaje con la tecnología.
¿Qué fue lo que hizo?
Lo primero que hice fue algo relacionado con energía renovable. Construí un molino de viento y paneles solares pequeños.
¿Cuál fue su sensación?
Todo lo que para mí era difícil resultó ser fácil. Me dije, si es fácil para un hombre de 50 años, cómo no para los niños. Desde ahí vino la idea de trabajar en ello, de ahí vino mi estímulo por la robótica educativa.
¿Volvería al Congreso?
No, para nada.