José Linares

Durante el Imperio Inca, el Estado estuvo dividido en 4 macro regiones (suyos): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo, en una extensión territorial mucho mayor de lo que es hoy el Perú, sin embargo, integrada por extensas vías de comunicación.

La Constitución política de 1979 reconoce la creación de regiones sobre la base de áreas contiguas integradas histórica, económica, administrativa y culturalmente.

Durante el primer gobierno de García, la comisión de descentralización del Senado, presidida por Ramiro Prialé (conversar no es pactar), creó 12 macro regiones, para articular territorialmente a la población y así disminuir la centralización limeña.

Con el golpe de Fujimori, se desconoció el proceso de macro regionalización y es con Toledo que se retoma sin ningún criterio económico ni social y, tras un referéndum el 2005, que rechaza mayoritariamente el proceso, se establecen 25 gobiernos regionales, otorgándose a Lima Metropolitana facultades de gobierno regional.

Lamentablemente, los vicios y corrupción del gobierno central se han replicado en los gobiernos regionales, así como tenemos a todos los expresidentes de la república enjuiciados y ya algunos presos, lo mismo sucede con gran parte de los gobernadores regionales, y también con muchos de los alcaldes provinciales y distritales. A la fecha, Perú cuenta con 24 departamentos, 195 provincias y 1,845 distritos, demasiadas demarcaciones territoriales, que también habría que reducir significativamente. En las próximas elecciones regionales y municipales, debemos examinar exhaustivamente los antecedentes de los candidatos.

El 2007 se inició el proceso de descentralización en base a los nuevos gobiernos regionales, transfiriéndoles funciones políticas y administrativas, pero no fiscales.
Los objetivos de la descentralización están relacionados a consolidar un enfoque territorial, que los servicios públicos sean de calidad, y que haya igualdad de oportunidades.

Actualmente, algunos departamentos han establecido mecanismos de colaboración para proyectos y metas específicas, que son conocidas como mancomunidades, que están permitiendo mayores niveles de integración regional y diversificación productiva.

El año 2016 el Tribunal Constitucional (TC) creó, con el nombre de macro regiones judiciales, 5 espacios geográficos, con la finalidad de facilitar el acceso de la población a la justicia constitucional.

La macro región norte está integrada por los distritos judiciales de Áncash, Cajamarca, La Libertad, Lambayeque, Piura y Tumbes; la macro región sur por Arequipa, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna; la macro región centro por los distritos judiciales de Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco, Junín, Pasco e Ica; y Callao, Lima Provincias y Lima Metropolitana, integran la macro región Lima.

Los movimientos migratorios de la población peruana, también se reflejan en estas macro regiones, pero priorizando a Lima como destino, por la centralización de los servicios gubernamentales. Muchos de los migrantes optan por quedarse en la capital del Perú, a pesar de que les ofrece peores condiciones de vida que la que tienen en su localidad de origen.

Las poblaciones suelen trasladarse a polos de desarrollo para complementar sus actividades económicas, laborales, tecnológicas y educativas y acceder a diversos servicios.

La alternativa de una macro región próxima a su territorio, donde se solucionen sus problemas, sería menos costosa y más efectiva que hacerlo en Lima.

Estas macro regiones del TC, con base en cambios constitucionales, deberían extenderse al poder judicial, ministerio público y policía nacional, para después continuar con los servicios de educación y salud, y así consolidar macro regiones que se conviertan en máximas instancias gubernamentales.

La tecnología informática debe cumplir un papel fundamental, como lo cumpliera hace cuarenta años con la Comunidad Europea. A través del proyecto ESPRIT (1983-1989), utilizaron las computadoras “mainframe” para procesar información de diferentes países de la comunidad, en la búsqueda de conjugar potencialidades para mejorar la competitividad en la industria, mejorando la vida laboral de todos los ciudadanos europeos, en función de las ventajas comparativas de cada país, tras siglos de guerras.

Hoy en día, en plena Era Digital y de la Automatización, donde los recursos tecnológicos y de comunicación avanzan todos los días, es más fácil buscar intereses comunes entre provincias y distritos de distintas regiones colindantes, que aspiren a generar su propia macro región.
 
 
Por ECO. José Linares Gallo

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