La era digital en que vivimos viene actuando como una línea divisoria, demarcando un antes y un después. Antes, las generaciones se agrupaban en niños, jóvenes, adultos y ancianos. Hoy, quienes han nacido tras la integración de la computadora personal con internet (entre 1980 y 90), son conocidos como nativos digitales, quienes tienen nuevas formas de relacionarse con el mundo, de divertirse y de aprender y, consecuentemente, suelen confrontar, abiertamente, a la vieja escuela y sus anticuados estilos de enseñanza masificada. La era digital, también, es portadora de otras singularidades: la ciencia y la tecnología, se influyen mutuamente en una forma nunca antes vista, de ahí la abundancia de las invenciones.
Hoy, la tendencia curricular en gran parte del mundo implica integrar los aprendizajes de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas (STEAM), para lo cual es necesario desterrar el aprendizaje memorístico, donde el estudiante casi siempre ve, oye, escribe y transcribe lo que dice el docente, por una práctica construccionista donde tenga oportunidad de explorar, investigar y solucionar problemas.
Una educación de calidad exige que el estudiante entienda lo que lee, escribe y escucha, y que posea un razonamiento lógico matemático que supere la tradicional desvinculación con la realidad; requisito fundamental para formar futuros ingenieros: hoy en día, los profesionales más requeridos para el desarrollo de cualquier nación.
Asimismo, nuestros estudiantes, nativos digitales, requieren utilizar, en su formación, herramientas digitales. Por lo que es indispensable que, cada estudiante, de primaria y secundaria, disponga de una tablet con conexión permanente a internet y con contenidos educativos offline instalados, la misma que, preferentemente, debe ser adquirida al fabricante, para disminuir, al máximo, el precio por equipo y poder comprar para todos los estudiantes.
Esto se complementa con un kit didáctico tecnológico, que permita al estudiante un aprendizaje mano mente, Mind Hand, con lo cual pueda articular el mundo digital con el mundo concreto, a partir de los materiales que existen en los colegios, pero que no han sido utilizados por la falta de capacitación a los docentes.
En las zonas rurales y, especialmente, en las altoandinas, los niños tienen derecho a educarse en su lengua materna y, también, a acceder a la tecnología digital. Para lo cual es necesario implementar una educación mixta que, en su formato remoto, sea ejecutada por jóvenes profesores bilingües, capaces de utilizar la tecnología, ahora en quechua, con herramientas educativas como el software gratuito Scratch en quechua, presentado, recientemente, por el MIT, institución que utiliza los vocablos tecnológicos en quechua que hemos generado durante 25 años de investigación, siempre preguntándonos QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE. Las respuestas han quedado consignadas en dos de mis libros: Alfabetización Digital en Quechua (2017) y Escribiendo en códigos: del Quipu al SCRATCH (2021).
Finalmente, debemos ser conscientes de que el Perú de hoy pasa por una enorme crisis moral y ética, que requiere de prácticas de valores desde la escuela, a través de una activa participación de docentes, estudiantes y padres de familia.
José Linares Gallo