Por Eco. José Linares Gallo
Como en casi todos los años la última edición de la Olimpiada Mundial de Robótica WRO PERÚ celebrada este 26 de Setiembre tuvo una grata noticia: el Colegio Técnico Parroquial Peruano – Chino San Francisco de Asís, localizado en Huaycán, se adjudicó el primer lugar en la categoría junior y nos representará en la séptima versión de este evento organizado anualmente por los Ministerios de Educación del Sudeste Asiático.
Huaycán —tal como se recuerda, fue una de las localidades más golpeadas por el fenómeno subversivo en las décadas de los ochentas y noventas. Pero esta trágica circunstancia, ni la pobreza circundante, impidieron que este colegio se fundara en 1990, bajo el patrocinio del padre Pachi —que es tal como lo llama cariñosamente la comunidad al Rvdo. Adriano Pacífico Tomasi.
El evento realizado en las cómodas instalaciones del Colegio San Ignacio de Recalde fue pródigo en buenas noticias y así en la categoría SENIOR, el equipo del Instituto Wherner von Braun que llevó enteramente entre sus filas a beneficiarios de Beca 18, también se reservó un pasaje para Qatar.
Los beneficiarios de Beca 18 provenientes de las localidades más vulnerables de Piura, Cusco y Huancavelica al igual que sus pares de Huaycán parecían reproducir con su aplomo aquella frase que hiciera campeón sudamericano al humilde club Cienciano: “Si se puede”
La moraleja de este evento donde compitieron codo a codo “todas las sangres” del Perú y donde se han distribuido casi equitativamente los premios entre instituciones educativas de diferentes estratos socio-económicos, es que con la tecnología realmente “SI SE PUEDE” mejorar la educación peruana.
No es extraño que los países del sudeste asiático, organizadores de este evento hayan desplazado a Finlandia que antes lucía ante los ojos del mundo como el modelo a seguir. China (Shanghai), Singapur, Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur son los países que ahora están en la cima de las exigentes Pruebas PISA donde el Perú es el colero.
Esta hegemonía del Asia sobre todos los demás países del orbe tiene una receta con dos insumos principales: a) uso y desarrollo de tecnología en el aula a lo largo de toda la educación básica regular y superior y b) planta docente con personal profesional especializado: es decir la escuela tiene matemáticos, físicos, químicos e ingenieros.
En tiempos donde se predica “menos enseñanza y más aprendizaje” los líderes asiáticos tienen bien en claro que es el niño el constructor de su propio conocimiento de manera que particularmente ahora es mucho más fácil proporcionar aspectos metodológicos a los profesionales – no docentes, que pretender remediar las falencias de conocimiento o “defecto de fábrica” de los docentes tradicionales que siguen siendo formados para otras épocas pero no para la Era Digital.
Con el pragmatismo y eficientismo que caracteriza a los asiáticos los organizadores de la WRO no tienen ningún prejuicio de utilizar para sus competencias LEGO Education, un material que fue producido en Occidente, particularmente en Dinamarca y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Justamente por parte del Instituto Tecnológico de Massachusetts fue Seymour Papert el que mucho antes que los asiáticos acuñaran la frase “menos enseñanza y más aprendizaje”, propuso primigeniamente que la educación debería estar “menos abocada a proveer a los docentes de medios para que instruyan y mucho más a proporcionar medios para que los niños construyan”