El presidente Pedro Castillo anunció en su mensaje al Congreso de la República, la convocatoria al Acuerdo Nacional para superar la inestabilidad política y lograr consensos necesarios que permitan trabajar por los grandes objetivos nacionales.
El politólogo Martín Tanaka señala que el juego democrático es viable, en tanto se respeten las reglas. Y en contextos de divisiones profundas, desde el Gobierno no pueden plantearse transformaciones que la oposición considere inaceptables, y en tanto ello ocurra, la oposición debería respetar los mandatos surgidos de las urnas.
El telón de fondo de la inestabilidad está en la posibilidad de generar una Nueva Constitución, planteada en la campaña por el Gobierno, pero de la cual no se ha vuelto a hablar; más bien el Gobierno ha señalado que respeta la “economía social de mercado”. Esto debería dar pie a un acuerdo entre Ejecutivo y Legislativo, para lograr cambios parciales a la Constitución que mejoren el funcionamiento de la economía social de mercado en el Perú, y generen una agenda concertada para su implementación, que permita el ingreso a la OCDE.
Otra de las causas de la inestabilidad política ha surgido por la fiscalización del Congreso respecto a la designación de funcionarios públicos que no cumplen con el perfil mínimo en puestos de confianza en los diferentes ministerios y en importantes entidades públicas.
Cabe recordar que la Ley Marco del Empleo Público (Ley Nº 28175 de 2004), establece que el empleado de confianza desempeña un cargo técnico o político distinto al del funcionario público; se encuentra en el entorno de quien lo designa o remueve libremente; y en ningún caso serán mayor al 5% de los servidores públicos en cada entidad; estos empleados públicos deberían renunciar al término de la gestión.
Sin embargo, a partir del 2013 rige la Ley del Servicio Civil (Ley 30057), que añade un máximo de 50 servidores de confianza por institución, y es administrado por Servir que, mediante normas de menor rango, ha estado delegando a entidades específicas (ministerios, contraloría y otras) excepciones a esta norma, lo que ha llevado a incrementos de hasta más del 20% del personal de confianza de distintas entidades.
A esto hay que añadir la falta de una concepción de carrera pública, que es reemplazada por el concepto de meritocracia y con dirección de gerentes públicos. Con ello, se afianzó la gestión pública de corto plazo basada en el cumplimiento de las metas del planeamiento estratégico institucional y sus sistemas, que son la base de la articulación que realiza el CEPLAN; un enfoque de corto plazo, con predominio del presupuesto, dejando de lado la planificación del desarrollo, que es satanizada como si fuera sinónimo de estatización.
Esta es la razón por la que hace falta un sistema de Planificación del Desarrollo capaz de articular el corto, mediano y largo plazo, con nuevas herramientas y ámbitos como el desarrollo territorial, y que genere las bases sólidas para una política general de gobierno confiable, que tenga continuidad a partir del consenso nacional.
Además, en el ejercicio de nuestra democracia existen falencias en el sistema electoral y constitucional, como la negación de la representación nacional a través del Senado, lo cual sigue siendo un tema de permanente debate desde el 2001. Por otro lado, el sistema también favorece la formación de un gobierno sin mayoría parlamentaria, debido a la elección del Congreso de la República en las primeras vueltas electorales. Por lo tanto, tenemos, en la práctica, un régimen presidencial parlamentarista, lo que causa los permanentes desencuentros entre el Ejecutivo y el Legislativo.
La elección de una cámara única ha generado congresos atomizados a la espera de los resultados de la segunda vuelta, sobre la base de que cualquiera que gane, muy probablemente no tendrá mayoría parlamentaria; esto se reduciría si la valla electoral no fuera menos del 10%. También es necesario fortalecer a los partidos políticos, no permitiendo la renuncia de los parlamentarios electos a sus bancadas para pasar a otras tiendas políticas.