José Linares

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Por Eco. José Linares Gallo

Aunque muchas cosas han cambiado en la educación peruana desde que se diera la primera ola de reformas impulsadas por el BID y el BM en los años noventas (revalorización del juego, integración del aprendizaje, etc.), los cambios curriculares han estado focalizados en el aspecto metodológico mostrando, en cambio, un fuerte conservadurismo en la renovación temática. La inclusión de ciertos elementos de tecnología en el programa curricular peruano empalidecen ante los realizados hace más de una década en latitudes tan disimiles como Bolivia y Massachusetts.

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La tecnología es un elemento preponderante en el mundo actual. Las reformas curriculares en el Perú lucen en este sentido muy conservadoras frente a las emprendidas desde Educación Inicial en latitudes tan disimiles como Bolivia, Argentina y Estados Unidos.

El panorama luce en cambio sumamente crítico para la comunidad educativa peruana si se tiene en cuenta que estas reformas curriculares y su implícito conservadurismo mantienen el presupuesto de vigencia al 2021, año en el cual los peruanos celebraremos los 200 años de nuestra independencia. Las reformas educativas peruanas (irónicamente), en su positivo afán integrador, decidieron hacer un tributo muy alto al disminuir la incidencia y participación de disciplinas como la Física, que es la puerta de capitalización educativa más inmediata de la matemática, así como una directa interfaz con la tecnología.

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El propósito integrador de la reforma curricular peruana contiene un implícito «minimalismo» en Física. Esta merma afecta también sus importantes áreas contiguas: matemática y tecnología.

Este propósito integrador hizo que, por ejemplo, las antiguas asignaturas escolares de física, química y biología en Secundaria, pasaran a conformar una nueva área bajo la denominación “Ciencia, Tecnología y Ambiente” (CTA).  Y como resultado de ello, la Física quedó reducida a una suerte de “mínima expresión”. Síntoma de este “minimalismo”, es el hecho que una considerable cantidad de docentes formados originalmente en la especialidad físico-matemática se haya auto replegado hacia el área curricular Lógico – Matemática.  Lo cual se explica por la mayor asignación de horas a esta área en comparación a CTA, pero además porque los docentes que acaso decidieran quedarse en esta última tendrían que asumir el costo de “perder” irremediable y progresivamente gran parte de las competencias profesionales para las que fueron formados.

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Con el «minimalismo» curricular en Física se hace más difícil la prescripción curricular de “desarrollar competencias capacidades, conocimientos y actitudes científicas a través de actividades vivenciales e indagatorias”.

Como consecuencia de ello, el Área CTA viene siendo conducida mayoritariamente por docentes especializados en Química o Biología. Esto explica, a su vez,  el notable sesgo del cambio curricular hacia tópicos que, como la biotecnología, no ofrecen campos viables de experimentación en las aulas.

El “minimalismo” de Física predomina en este tipo de currículas. Sus consecuencias directas vienen  soslayando una gran cantidad de tópicos tecnológicos y que cada vez se haga más difícil la prescripción  de “desarrollar competencias capacidades, conocimientos y actitudes científicas a través de actividades vivenciales e indagatorias”, tal como prescribe el programa curricular.

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La matemática es fuente principal del pensamiento deductivo mientras que la Física lo es del pensamiento inductivo.

En el mundo real la matemática  —más allá del complejo e infinito mundo formal de sus teorizaciones, es un instrumento valioso para la Física.  A su turno —en la escuela, la matemática es fuente principal del pensamiento deductivo mientras que la Física lo es del pensamiento inductivo.  Su hermanamiento, en consecuencia, es muy deseable para la formación de nuestros niños y jóvenes.

No se trata por lo tanto de contradecir los propósitos integradores del cambio curricular. Por el contrario se trata —antes bien de establecer “redes viables de aprendizaje” que reflejen más auténticamente el mundo real y se condigan más con sus actuales demandas

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