José Linares

En el reciente CADE, clausurado esta semana, destacó la intervención del ministro de Economía Kurt Burneo, quien presentó la conferencia “Ruta para Impulsar la inversión privada y el crecimiento”, en la que señaló que es importante tener información y comunicación y no presunciones, sobre todo en la economía, para así lograr eficiencia en la gestión.

Según dijo, el MEF está apostando por un crecimiento del 3.0%, y habló sobre cuáles son las condicionantes para lograrlo y qué necesitamos para que sea más alto. Para tener desarrollo, necesitamos que la economía crezca, menor desigualdad del ingreso y mejora en las capacidades de la gente (servicios públicos para todos), y preservación de los equilibrios medioambientales.

La expectativa para hacer crecer la demanda y lograr una estabilidad macroeconómica, sumada a la apertura comercial y de instituciones basadas en el mercado, son los pilares de la economía bajo los cuales se desarrolla la política económica de mercado.

La economía peruana sigue creciendo, sin embargo, hay preocupación por la velocidad de este crecimiento; en el corto plazo se está recuperando el dinamismo de la inversión pública (25% del total de la inversión), la misma que es importante porque es funcional al crecimiento de la inversión privada (carreteras para conectar al mercado, por ejemplo).

Perú, desde hace tiempo, es confiable en cuanto a su capacidad de cumplir con sus obligaciones crediticias externas. Por lo que mantiene su grado de inversión. Pero para que las inversiones nacionales y extranjeras se mantengan, la información debe ser simétrica, verás: mucho daño ha hecho la rebaja de categoría a la deuda peruana, que si bien no fue tan grave como se anunció, la desinformación hizo subir la tasa de cambio, perturbando la estabilidad interna.

El Plan de Reactivación “Impulso Perú” (septiembre 2022), busca que la economía recobre su dinamismo, para lo cual tiene medidas por el lado de la demanda y de la oferta, como la posibilidad de producir a un menor costo (Fondo para la promoción de la producción de Pymes), que sirve para contrarrestar la reducción de la demanda aplicada por el BCRP sin ir contra la estabilidad fiscal, que es un elemento importante de la estabilidad macroeconómica, aun habiendo margen para un mayor gasto.

El Plan Impulso Perú consta de tres ejes: mejora de las condiciones para el gasto privado, aceleración de la inversión pública y recuperación de la confianza, y tiene 36 medidas y 48 normas, que han sido presentadas como proyectos de ley al Congreso de la República y hasta ahora no se han aprobado totalmente, lo que ha llevado a la presentación de 10 medidas adicionales para su actualización (noviembre), entre las que destacan:

La modificación del régimen de recuperación anticipada del impuesto general a las ventas (IGV); un régimen de depreciación acelerada para maquinaria y equipos a las actividades asociadas a textiles, confecciones y calzado; la extensión del tratamiento especial en el impuesto a la renta (IR) que se otorga a los Fondos de Inversión en Renta de Bienes Inmobiliarios (FIRBI); el impulso a la industria naval y las mypes; una deducción adicional temporal de 50% del gasto por un año de contratación de nuevos trabajadores; e incentivar la inversión privada a partir de la reducción de los costos financieros de los nuevos proyectos de inversión.

Cabe señalar que una economía abierta como la peruana depende en un 60% de factores externos que no controlamos (que se han agravado), y en un 40% de factores internos que podríamos controlar si utilizamos al máximo nuestros propios potenciales. Algo respecto a lo cual habló el empresario Carlos Añaños, cuando dijo que era necesario añadirle valor a nuestra materia prima; y dio como ejemplo las papas nativas que ya se están vendiendo en el exterior, en forma de hojuelas (chips).
Sin embargo, también es necesario que proyectos de Ley adicionales, enviados al Congreso de la República se aprueben oportunamente.

Una tarea importante es elevar el PBI potencial (sin generar más inflación), que hoy se encuentra en 2.9%, cuando el 2012 era de 5.5%. Luego del CADE, queda claro que el sector público y el privado deben articularse para invertir en servicios, infraestructura, educación, salud e innovación. Solo de esta manera se logrará alcanzar el desarrollo. A esto se suma lo que dijo el presidente de IPAE Gonzalo Galdos, durante la clausura del evento, respecto a que no debemos dejar de lado la educación de calidad para no hipotecar las generaciones futuras.

Está en manos de la comisión de Economía del Congreso declararse en sesión permanente para aprobar las normas definitivas solicitadas, que sin duda estimularán el crecimiento económico del país, generando empleo y disminuyendo la pobreza.

Por ECO. José Linares Gallo

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