José Linares

El Fondo Monetario Internacional (FMI) está trabajando en una plataforma que permite, simultáneamente, una interacción mundial para que las monedas digitales de los bancos centrales permitan las transacciones entre países; estas monedas digitales no deben ser propuestas unilaterales, sino que se requiere que los bancos centrales acuerden un marco regulador común.

Una Moneda Digital de Bancos Centrales es dinero soberano emitido por un banco central en formato digital, que se puede mantener en cuentas o mediante representaciones llamadas tokens (representación digital con valor). Las monedas digitales de los Bancos Centrales pueden crearse para pagos entre entidades financieras (mayoristas) o para uso de particulares y empresas (minoristas), siendo este último el campo que genera mayor interés, especialmente en países emergentes.

Una moneda digital de un Banco Central puede ser complementaria a los medios de pago existente, entre ellos, los billetes y monedas emitidos por el Banco Central, lo cual mejoraría la eficiencia, la inclusión y seguridad del sistema de pagos. También ayudarían a promover la inclusión financiera y abaratar las remesas, el FMI señala que el costo mundial medio de las transferencias de dinero supone 44,000 millones de dólares anuales. Cuanto antes se tenga una moneda digital, se disminuirán los costos de transacciones internacionales.

Un informe del grupo de expertos estadounidenses Atlantic Council revela que 130 países, representando casi toda la economía mundial, están explorando el desarrollo de monedas digitales de bancos centrales. Destaca el avance de las pruebas piloto en China, la planificación de lanzamientos en India y Brasil, y la evaluación en curso del euro digital por parte del Banco Central Europeo.

Señala que once países, entre ellos varios del Caribe y Nigeria, ya han lanzado monedas digitales de bancos centrales, mientras que las pruebas piloto en China alcanzan ya a 260 millones de personas y abarcan 200 escenarios, desde el comercio electrónico a los pagos de ayudas del Gobierno. Otras dos grandes economías emergentes, India y Brasil, también tienen previsto lanzar monedas digitales el año que viene.

El Banco Central Europeo está en vías de iniciar su proyecto piloto del euro digital antes de un posible lanzamiento en 2028, mientras que otros 20 países también darán pasos significativos hacia proyectos piloto este año.

En Estados Unidos, sin embargo, las acciones hacia un dólar digital sólo “avanzan” en su versión mayorista (de banco a banco), mientras que los trabajos sobre una versión para la población en general están “estancados”.

El impulso mundial a favor de las monedas digitales de Bancos Centrales se da en un momento en que el uso de efectivo físico disminuye y las autoridades tratan de defenderse de la amenaza que suponen el bitcóin (que aún se mantiene en un 50% de su precio máximo) y las “grandes empresas tecnológicas” para sus capacidades de impresión de dinero.

El Banco central de Suecia sigue siendo uno los más avanzados en Europa con su proyecto piloto de moneda digital, mientras que el Banco de Inglaterra sigue evaluando una posible libra esterlina digital que podría entrar en funcionamiento a partir del 2025. Australia, Tailandia, Corea del Sur y Rusia también tienen previsto continuar este año con sus pruebas piloto.

Algunos críticos señalan que las monedas digitales de Bancos Centrales no son diferentes al dinero actual, pero sí ofrecen a los bancos centrales un mayor control directo sobre la oferta monetaria; pero existen riesgos de que el dinero se convierta en una herramienta política para premiar o para castigar.

Como otros países de América, el Perú aún está en la transición de una economía basada en efectivo a una bancarizada, ahora, con pagos digitales.

Entre las dificultades en Perú están que solo alrededor del 50% de la población adulta está bancarizada, y que la alta informalidad del empleo que no está bancarizado hace transacciones únicamente en efectivo. Aunque en años recientes, los pagos digitales han crecido rápidamente, impulsados por la pandemia de la covid-19 y las innovaciones en los medios de pago minoristas (Yape y Plin).

Con el fin de promover el acceso y uso de los pagos digitales, el BCRP viene trabajando con la visión de lograr, en 2028, un Sistema Nacional de Pagos en el que una serie de servicios e instrumentos de pago innovadores e interoperables, respaldados por infraestructuras seguras, eficientes y accesibles, satisfagan de manera efectiva las necesidades de pago de personas, empresas y gobierno. Pero no descuidemos la generación de la moneda digital peruana, que disminuirá el costo de transacciones.

Por ECO. José Linares Gallo

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