José Linares

Actualmente, la programación es la extensión de la escritura: nuestros niños y jóvenes son nativos digitales; requiriéndose una alfabetización digital en español y en quechua, máxime si existen 4 millones de quechuahablantes en Perú, que en su mayoría son niños y jóvenes cuyo acceso al ciberespacio está limitado por falta de vocablos tecnológicos en su lengua nativa; las lenguas que no han ingresado a la Era Digital vienen desapareciendo, en el caso del quechua, ha disminuido del 30% al 13% en las últimas dos décadas.

La Alfabetización Digital (en español y quechua) plantea una nueva forma de aprender en la escuela, sin diferencias entre lo urbano y lo rural, donde la pedagogía activa, creativa y centrada en el estudiante, fomenta el trabajo autónomo; dejando atrás la educación tradicional donde el estudiante ve, oye y transcribe lo que dice el profesor, por la construcción de su propio conocimiento a través de la exploración, investigación y solución de problemas en aulas presenciales y a distancia (donde se comparten contenidos de alta calidad).

En un mundo cada vez más tecnológico, la lógica y matemática ayudan a discernir y a construir conocimiento a partir de lo concreto a lo abstracto, tal como se realizó en la Escuela del Futuro (Boston), donde el científico social Seymour Papert, en 1980, convocó a niños de distinto origen socioeconómico, utilizando su software “Logo”, incorporando el material de construcción “Lego” de esa época para conectar el mundo concreto con el mundo digital, validando la Robótica Educativa como herramienta didáctica, aplicada también en el Perú con el proyecto INFOESCUELA (1996 a 1999 – evaluado por el MIT, la PUCP, el Minedu y GRADE).

Esta propuesta construccionista basada en el diseño biomecánico de nuestras manos y la enorme conexión neuronal mano-cerebro, ha permitido, en diferentes épocas, tallar piedras, escribir códigos en quipus y producir sofisticadas y refinadas melodías en el piano.

Nuestra experiencia de 26 años en las aulas escolares y de educación técnica ha sido desarrollada en español y quechua, a través del enfoque educativo Aprender Creando: desarrollo de competencias Tecno-Digitales y Socioemocionales con práctica de valores; previa construcción de vocablos tecnológicos, económicos y de emprendimiento en quechua, validados en comunidades andinas.

Citaremos al respecto, tres hitos: en 1996 en Ayacucho, con estudiantes de educación primaria; en 2007, en Apurímac, con jóvenes de las comunidades campesinas de Pamputa y Fuerabamba; y entre el 2015 y 2019 en Lima, gracias a Beca 18, en el Instituto Von Braun, con jóvenes quechuahablantes que procedían de Ayacucho, Huancavelica, Apurímac y Cusco (400 alumnos), quienes realizaron prácticas preprofesionales un mes por semestre con poblaciones mayoritariamente quechuahablantes, que permitieron validar los nuevos vocablos en quechua.

Se consideró el quechua sureño, por ser el más hablado, así como la China con muchas lenguas, decidió transitar, tecnológicamente por el mandarín, y hoy es la primera potencia económica del mundo; y según la prueba de rendimiento escolar PISA, China, con educación digital, encabeza la mejor educación del planeta.

El proyecto de ley en dictamen en la Comisión de Educación del Congreso: “Programa de Alfabetización Digital en Quechua con la incorporación de vocablos de tecnología, economía y emprendimiento” (2021), recoge el aporte de los nuevos vocablos en quechua, producto de más de 25 años, reconocidos por el Ministerio de Cultura como una contribución ciudadana al Bicentenario de la República; y el Ministerio de Educación a través de DIGEIBIRA (educación intercultural) los considera una referencia para los procesos de desarrollo del quechua digital, con terminología que fue aplicada y validada por estudiantes quechuas.

De aplicarse este enfoque educativo en el aula escolar, se mejorará la calidad de la educación en general. Y en lo referente a la educación bilingüe (español-quechua), donde existen 1 millón 200 mil estudiantes, y 3 millones de quechuahablantes entre jóvenes y adultos en las parcelas de autoconsumo, se revitalizará el idioma quechua, promoviendo la incorporación de comunidades rurales a la sociedad digital y mejorando su productividad y competitividad, respetando sus derechos lingüísticos. Lo mismo que impactará en la disminución de la pobreza y pobreza extrema concentrada en el Ande.

Por ECO. José Linares Gallo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *