José Linares

La falta de actualización tecnodigital y económica de las lenguas originarias tiene una relación directa con la pobreza y la pobreza extrema, no solo del Perú y de los países del Parlamento Andino, sino también de los países latinoamericanos, particularmente por su calidad de educación (de acuerdo con la prueba PISA).

La calidad de la educación empeora con nuestros pueblos originarios, alejados de la Era Digital en que vivimos, por disponer de idiomas que no cuentan con palabras de tecnología, economía y emprendimiento de las Eras Industrial, Analógica ni Digital, por lo que carecen de productividad y competitividad en sus actividades de aprendizaje y laborales desde hace cinco siglos, lo que no les permite ingresar al ciberespacio.

En este contexto, el Parlamento Andino hace dos semanas trató el tema de la reivindicación lingüística de los pueblos originarios de la región (Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y Colombia), y continuará el debate en Panamá, entre el 17 y 22 de este mes, para continuar con el Parlamento Latinoamericano y Caribeño el día 23 de este mes, lo que abre la posibilidad de que se vea este importante tema que afecta a toda la región.

Vale mencionar que los procesos de reivindicación lingüística vienen siendo priorizados en Panamá, sede del evento, por la primera dama Yazmín Colón de Cortizo, quien es embajadora de la Educación STEAM para las Américas, y ha realizado un intento de alfabetización digital para sus pueblos originarios.

En América del Sur, las lenguas predominantes de los pueblos originarios son el quechua, el aimara y el guaraní; los dos primeros provenientes del Imperio de los Incas, actualmente con 5 millones de hablantes en Perú, 3 millones en Bolivia, 500 mil en Ecuador, 300 mil en Colombia, 220 mil en Argentina y 200 mil en Chile.

En el Imperio Inca se utilizó el quipu como escritura tridimensional del quechua, y hoy es considerado el antecedente del código informático y de la computadora; para orgullo de todos los americanos.

Por su parte, la lengua guaraní también cuenta con una gran cantidad de hablantes, registrándose un aproximado de 6.5 millones entre los países de Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina.
Por otro lado, en Norteamérica, se desarrolló el Imperio Azteca, que hablaba el nahuatl, el cual hoy cuenta con aproximadamente 1.7 millones de hablantes. Sin embargo, en México se hablan un total de 68 lenguas originarias, con un aproximado de 7.5 millones de personas. La cultura azteca tuvo una escritura ideográfica o jeroglífica. A través de esta escritura registraban el parentesco, los juicios y la contabilidad.

En Centroamérica la cultura Maya también dejó un legado impresionante de arquitectura, escritura jeroglífica, matemáticas y astronomía, entre otras áreas. Actualmente, en la región, un aproximado de 6 millones de personas hablan lenguas derivadas del maya.

Asimismo, otras lenguas importantes en Centroamérica son las chibchenses, particularmente en Panamá, donde 150 mil personas hablan la lengua guaymí, y 70 mil el kuna.

La experiencia peruana, de alfabetización digital y económica en lenguas originarias, implicó la construcción de vocablos de tecnología y economía durante 27 años, lo que nos permitió que los pueblos originarios ingresen a internet con sus lenguas maternas (quechua y aimara).

La metodología utilizada se basó en el método socrático de preguntarnos ¿qué es?, ¿para qué sirve? y ¿de qué está hecho?, para después llevar el resultado a la cosmovisión andina quechuahablante y aimarahablante, en talleres de educación primaria y técnica-superior, donde se validó la construcción de los vocablos.

La experiencia peruana de Alfabetización digital en quechua y aimara tomó las lenguas más habladas del país, siguiendo el ejemplo del proceso de alfabetización tecnológica de la China iniciado en 1955, que, con 200 lenguas y más de 1,200 millones de habitantes, hizo que todos transitaran tecnológicamente por el mandarín. Y hoy se pueden ver los resultados.

Esta metodología de construcción de vocablos es replicable en cualquier lengua originaria, y contribuirá significativamente a reducir las brechas de pobreza y pobreza extrema de toda la región.
Al respecto, en noviembre de este año he sido invitado al Mundial de Robótica Asia Pacífico WRO, organizado por los ministerios de educación del Asia, para educación básica y superior, a desarrollarse en Panamá. El tema que tocaré será “La robótica y la alfabetización digital en lenguas originarias”, con base en la experiencia peruana.

Por ECO. José Linares Gallo

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